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Obama mantiene 'esperanzas' en su negociación con Putin

Desde la Casa Blanca, el presidente Barack Obama se dirigió a la nación, rindió un mensaje acerca de la posibilidad de un ataque contra Siria, pero dijo que su primera opción sigue siendo la de negociar con Rusia y buscar una salida para evitarlo.

Dijo que “en los últimos días hemos visto algunos signos esperanzadores en parte por la amenaza creíble de una acción del ejército de Estados Unidos, además de las conversaciones constructivas que tuve con el presidente Putin. El Gobierno ruso ha indicado su voluntad de unirse a la comunidad internacional para presionar a Asad para que abandone sus armas químicas”, dijo Obama en su discurso resumen de las últimas tres semanas.

Añadió la nueva sorpresa en su política hacia Siria, diciendo que “es demasiado pronto para saber si esta oferta tendrá éxito, cualquier acuerdo debe verificar que el régimen de Asad mantiene sus compromisos, pero esta iniciativa tiene potencial para eliminar la amenaza de las armas químicas sin el uso de la fuerza”, aseguró durante sus 15 minutos de discurso.

Expresó que “cuando los dictadores cometen atrocidades, dependen de que el mundo mire hacia otro lado.”

Así mismo, volvió a recordar los más de 1.400 asesinados con gas sarín del 21 de agosto a las afueras de Damasco, y animó a los estadounidenses a que conozcan los vídeos que muestran a niños agonizantes por la intoxicación. “Cuando los dictadores cometen atrocidades, dependen de que el mundo mire hacia otro lado hasta que esas fotos terribles se disuelven en la memoria, pero esas cosas pasaron. No pueden negarse los hechos”, dijo Obama, quien también recordó las cámaras de gas en el Holocausto.

Se sabe que el presidente Obama ha pedido al Congreso que retrase la votación para autorizar el ataque que solicitó con urgencia el 31 de agosto. Aun así, Obama aseguró que el Pentágono no moverá los cinco destructores que tiene desplegados en el Mediterráneo y listos para el ataque. “He ordenado a nuestro ejército mantener sus posiciones actuales para seguir con la presión contra Asad y estar en posición de responder si la diplomacia falla”, dijo.

La enseñanza de Irak

“No creo que debamos quitar a otro dictador con la fuerza, aprendimos de Irak que hacerlo nos hace responsables de lo que viene luego. Pero un ataque limitado puede hacer a Asad, o a cualquier otro dictador, debe pensárselo dos veces antes de usar armas químicas”, dijo Obama en defensa de la acción militar que ha propuesto como salida del conflicto en Siria.

En agosto, Obama incluso decidió cancelar un encuentro bilateral con su homólogo ruso como medida de presión por la falta de cooperación en Siria. Ya han firmado 33 aliados, entre ellos España, ante una declaración que dice que “el mundo” no puede esperar “a los fracasados procesos interminables” de la ONU. Pero este martes el presidente anunció que empezaban los tratos para acordar el control del armamento químico sirio con “una potencial resolución” del Consejo de Seguridad, el mismo organismo bloqueado por Rusia desde hace dos años y medio.

El mayor punto de discordia es que Estados Unidos, apoyado por Francia y Reino Unido, quiere mantener la amenaza militar como factor de presión mientras Moscú exige que Siria se libere de esta posibilidad de inmediato. Ante este desacuerdo, Rusia anunció este martes que no iría a una reunión del Consejo de Seguridad un par de horas después de pedirla y por tanto el encuentro se canceló.

Por su parte, Francia incluye la mención del uso de la fuerza si el régimen de Bashar Asad, no cumple con el desarme. Un grupo de seis senadores demócratas y republicanos ya están escribiendo un borrador en la misma dirección para que el Congreso respalde la negociación diplomática, pero también el ataque si Siria no coopera.

Según cuatro encuestas publicadas esta semana en los Estados Unidos, afirman que Obama ya ha accedido a frenar los preparativos de su ataque contra Siria, en parte porque la oposición creciente de demócratas y republicanos, lo que hace improbable que el Congreso apruebe la autorización de atacar, y por otra parte, seis de cada diez estadounidenses están en contra de la operación.

 

Aún la posible solución es difícil de vislumbrar, ya que la destrucción del gas sarín y otras sustancias tóxicas están prohibidas por la convención internacional que entró en vigor en 1997. Para empezar, el régimen de Bashar Asad tendría que reconocer que posee estas armas. Fuentes francesas aseguran que tiene hasta 1.000 toneladas. Sustancias, en parte importadas durante los años 80 de la antigua Unión Soviética, están distribuidas en lugares secretos, la mayoría no identificados por los servicios secretos occidentales. Su localización y destrucción es técnicamente más compleja que en el caso del armamento nuclear como cuando Estados Unidos desmontó el arsenal de Libia según un acuerdo de 2003. El desarme en el caso de Siria se haría, en medio de una cruda guerra civil. Por su parte, Naciones Unidas a través de su portavoz citó como ejemplo la experiencia de Estados Unidos y Rusia en sus acuerdos recíprocos de desarme.

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