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Barry White, tributo a un héroe musical

MundoDeHoy.com .- En el mundo del soul y rhythm & blues uno de los personajes más destacados es Barry White, un talentoso músico que en su juventud no eligió seguir por la senda de la delincuencia, sino que surgió de la adversidad y la pobreza para erigirse como uno de los músicos que no sólo dejó un enorme legado musical, sino una gran enseñanza de amor. Como un homenaje a su inspiración y talento, el cantante mexicano Marco Pacheco le rendirá un tributo los días 12 y 20 de julio, con la posibilidad de que se abran más fechas en el Foro 2 Totalplay de la colonia Polanco, en la Ciudad de México.

 

Los caminos de Barry White y de Marco Pacheco, un cantante mexicano que se inició en el mundo artístico en el coro de la iglesia, se cruzaron. Cuando Marco Pacheco tenía 24 años de edad, durante un viaje a Acapulco su hermano le hizo escuchar la música de Barry White y allí advirtió que su registro de bajo barítono con resonadores metálicos, le permitía cantar sus obras. A partir de entonces, Marco continúo explorando sobre sus temas y su vida y hacia 2001 grabó un disco en México, que fue mezclado y masterizado en Los Ángeles.

 

Su cada vez más intensa curiosidad lo llevó a darse cuenta de las similitudes y la gran sincronicidad que existe entre ambos: Marco Pacheco y Barry Eugene Carter nacieron el mismo día, un 12 de septiembre. Su complexión física, su mirada y su apariencia son muy parecidas. Su registro vocal es el mismo, y hasta la forma en cómo se gestó el proyecto de realizar el tributo tuvo lugar cuando Marco conoció en un karaoke cantando música de Barry White al ingeniero de audio y baterista Christian del Razo, quien conjuntamente con Creaxión Producciones y la manager Flor Quesada, organizan este espectáculo.

 

Marco Pacheco refiere que tuvo oportunidad de verlo en vivo la última vez que vino a México en el Centro de Convenciones de Acapulco en el año 2000, donde consiguió boletos de primera fila y el camarógrafo que filmaba el evento, lo enfocó varias veces. Cinco años después al regresar de comprar un micrófono en el centro de la Ciudad de México, encontró en la calle de Venustiano Carranza, un vendedor de discos de piratería que tenía una pantalla y una bocina en la que se veía el concierto al que asistió en Acapulco y justamente, en ese momento aparecía la escena en la que él estaba.

 

Poco a poco se volvió más intensa su afición y siguió adquiriendo mediante subastas, la música de Barry White. “En una ocasión –explica-, al recibir la canción ‘I’ll do for you anything you want me to’, me fui a cantar y me tomé una fotografía, y después, cuando  abrí el paquete y vi la foto que me sacaron y la del paquete, noté que mis manos, el saco, el pantalón, eran casi iguales”. Más adelante refirió con mucha emoción, una anécdota muy personal: “en 2003 cuando estábamos grabando las cuerdas de ‘I’ll do for you anything you want me to’, tuve un sueño en el que él estaba parado atrás de mí en el estudio, y me agarraba la cabeza y luego se salía. A los pocos días murió, pero yo supe que era él”.

 

Y esa coincidencia tan significativa lo hizo apegarse aún más a su afición. Consiguió su libro “Introspecciones acerca de la vida y del amor”, obra autobiográfica que escribió el legendario compositor, arreglista y productor a los 55 años, en el que se advierte que el personaje vivía en un estado de conciencia superior. En él, Barry White refiere que toda su vida escuchó una ‘voz sin voz, la guía suprema’, que cruza e impregna todo el universo con una energía femenina y que le habla a través de otros, pero cuando está completamente alineado, lo hace a través de los ojos, los labios o la lengua de alguna mujer”.

 

Y continúa su relato: “El verdadero amor de Barry White, su musa, es la música, aquello que inspira. Y toda su historia tiene todo el arco del héroe. Perteneció a una de las bandas criminales más peligrosas del sur de Los Ángeles, ‘The business man’. Estuvo en la cárcel por robar unos neumáticos. Un día se quedó dormido en el piso de la celda y escuchó a lo lejos el radio de un policía en el que sonaba la canción ‘It’s now or never’ (es ahora o nunca), de Elvis Presley, y con eso supo que ‘Lady Music’, como le llamaba a su musa, le decía que o enderazaba su vida y se salvaba, o terminaría muerto como cualquier delincuente. Eso lo hizo reflexionar y cambiar su camino.

 

“A los 17 años su gran determinación al llamado de la música lo llevó a trabajar a Hollywood y diariamente caminaba más de tres horas y media para llegar y buscar alguna oportunidad. Durante una semana escudriñó en los estudios hasta que en uno de ellos, fue seleccionado al seguir una secuencia rítmica de aplausos. Él lo logró y el productor le dio 100 dólares. Salió, comió un hot dog con un refresco y dijo ‘Lady Music ha empezado a darme de comer’.

 

“A partir de ello, Barry White transitó desde las peores condiciones de pobreza, hasta llegar a la cumbre del éxito y alcanzar su estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood. Su gran sentido rítmico y musical lo hizo el Rey del Disco. Reconocido por su honestidad y buen corazón, muchas veces fue defraudado. Fue vendedor de juguetes, tuvo muchos trabajos de diferentes oficios como pintor, carpintero, recogedor de basura. Fue también soldador y le tocó colocar el techo y el letrero exterior del estadio de deportes de Los Ángeles, lugar a donde años después, gracias a Lady Music regresaría en una limousina blanca, con 17 motocicletas y 20 mil personas que compraron boleto para entrar a su concierto.

 

“En una temporada la necesidad lo alejó de la música, pero las experiencias adversas lo hicieron regresar y empezó a trabajar en algunas productoras, entre ellas Mustang Records. En esa etapa se integraron las chicas de Love Unlimited (Amor Ilimitado), que participaban en los coros y abrían los shows y sacó su primer álbum que se llama ‘Desde el punto de vista de una mujer te damos amor ilimitado’, que en cuanto salió vendió inmediatamente un millón de copias.

 

“Después hizo un EP de cinco piezas, que pensaba darlo a cantar a otra persona, pero tenía que ponerles su voz y un día por la noche en el estudió tuvo una sensación en el estómago y aquella ‘voz sin voz’ que siempre le acompañaba, le dijo que eso sólo podía cantarlo él. Aún no muy convencido no terminaba de decidir si el disco lo vendería la disquera u otra empresa. En la disquera Elton John lo escuchó y detectó de inmediato al gran artista. De ese disco, interpretará el el tributo, ‘I’m gonna love you a Little bit more’, que fue primer lugar en todo estados Unidos”.

 

La relación con Lady Music fue eterna. Barry White fue mentor de Michael Jackson cuando se separó de su padre y sus hermanos. También fue amigo de mucha gente famosa, hasta su muerte un cuatro de julio de 2003.

 

Además de la música, el show contiene multimedia sensible al sonido de los instrumentos y toda la relación de Lady Music con cada una de las 16 canciones entre las que pueden mencionarse “You’re my first, my last, my everything”, “Never gonna give you up”, “Let the music play”, “Can’t get enough of your love, babe” y “Love’s Theme”, que serán interpretadas en el espectáculo que tendrá verificativo en el Foro  2 Totalplay (Ejército Nacional 843-B esquina Moliere, de la Ciudad de México), los días 12 y 20 de julio a las 21 horas y cuyos boletos están disponibles en el sistema Ticketmaster.

 

En el espectáculo se contará con una alineación de 15 músicos conformada por batería, percusiones, un octapad que permite simular sonidos sintetizados que enriquecen la música de este artista que fue precursor de esta sonoridad en los años setenta del siglo pasado. También se incluye, bajo, guitarra eléctrica, dos pianos, una sección de metales con trombones, trompetas, sax tenor y alto y tres personas en el coro para exponer ante el público el trabajo musical de ese artista, no sólo la parte vocal y física, sino los arreglos, la armonía, las bases rítmicas y toda la complejidad de sus obras.

 

Toda esta relación y sincronicidades refieren a historias que deben volver a ser contadas de una manera en que las nuevas generaciones puedan escuchar esta música y conocer el legado de ese artista. “Yo pienso que las personas de otros ciclos están encargados de educar a las siguientes generaciones. La música de Barry White tiene contenido de vibración, forma y ritmo. Las palabras, el ritmo y la intención modifican la intención de la persona que la escucha y de la que canta. En estos tiempos de oscuridad musical, estas estrellas que tenemos en el firmamento brillan todavía más, porque solamente en esta oscuridad las estrellas pueden observarse”, concluye Marco Pacheco.

 

 

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